INTRODUCCION
El siguiente trabajo de micro historia oral se propone investigar el creciente desinterés de los jóvenes durante y la cada vez mayor ausencia de sentido asociado a la enseñanza secundaria en diferentes escuelas de la provincia de Buenos Aires, Argentina, las primeras dos décadas del siglo XXI. Enmarcado en un contexto global que manifiesta las consecuencias de las políticas educativas aplicadas bajo el neoliberalismo de finales del siglo XX, y combinado con la creciente globalización y las nuevas tecnologías, se intentará observar el deterioro educativo que, lejos de mejorar, empeoró duro con el correr de los años.En este sentido, si bien se observará un cambio de rumbo en las políticas educativas hacia comienzos del siglo XXI, los testimonios de los docentes y exalumnos del presente trabajo demostrarán que esto fue muy difícil de revertir,
Es en esta situación de la educación contemporánea donde me interesa indagar más profundamente: sobre todo en aquellos relatos que ven a la escuela como una institución vacía de sentido y quedó en el tiempo e imposibilitada de generar motivaciones.Si bien está claro que la cuestión educativa representa un problema mayor – y siendo consciente de que lo presentado en este caso es simplemente un ínfimo porcentaje de aquella problemática – como docente de la comunidad me interesa recuperar estas voces para entender mejor una realidad que nos atraviesa cada día y ayudar a construir, a partir de estas páginas, una conciencia local más profunda sobre esta problemática.
En cuanto a la metodología, para llevar adelante esta tarea se realizaron entrevistas a dos actores fundamentales en este proceso: docentes y exalumnos de la comunidad.Dichas entrevistas tendrán el objetivo de construir las fuentes primarias necesarias para demostrar la hipótesis de esta investigación: que la falta de sentido que los jóvenes se encuentran en la escuela secundaria está enraizada en un imaginario en donde confluyen tres factores: la cada vez mayor flexibilidad en los requisitos de aprobación y promoción curricular; el contenido propuesto por el currículo que está cada vez más lejos de los intereses actuales de los jóvenes; y, finalmente, la idea de la alta rentabilidad laboral asociada con el exterior.
CONTEXTO GLOBAL-LOCAL
Tras la crisis de los Estados de Bienestar, el resquebrajamiento del orden mundial bipolar y la hiperinflación de finales del siglo XX comenzó a consolidarse en Argentina un modelo neoliberal con los gobiernos de Menem en la noventa y de la Rúa en los dos mil. De este modo, y amparado por el libre mercado, se llevó a cabo en Argentina una reforma estructural de la vida económica que incluyó la apertura al capital financiero, la desregulación del comercio internacional y la venta de los bienes del Estado.
En este contexto se produce una serie de reformas en el campo educativo argentino que estuvieron fuertemente condicionadas por la introducción de este nuevo modelo y conllevaron una redimensión del rol del Estado, la sociedad civil y del mercado.Entre estas reformas, la Ley Federal de Educación nro. 24.195 dictada en 1993 implico una reforma completa de la estructura del aparato educativo nacional, que afectó aspectos administrativos, de organización académica y curriculares en tal magnitud que desorganizó las rutinas de estudiantes y familias y el trabajo de los docentes, poniendo en jaque el funcionamiento de las instituciones de enseñanza (Puiggrós, 2006). Se produjo así un cambio de concepción sobre la educación: de un derecho social que debía ser garantizado por el Estado a un servicio que debía responder a la lógica del mercado.
Aquella reforma había dispuesto un índice de inversión educativa que lejos de cumplirse, fue reduciéndose con el correr de los años, resultando graves consecuencias en la educación argentina. El dinero para los programas de capacitación docente, mejoras de infraestructura, recursos y demás promesas de la reforma, fue financiado con préstamos de organismos internacionales como el Banco Mundial, agravando aún más la situación socioeconómica de la sociedad argentina (Puiggrós, 2006).
En este sentido, el neoliberalismo obtuvo indicadores de calidad que eran ajenos a la lógica educativa, dando cuenta de su clara orientación económica.Las pruebas nacionales de evaluación han servido para seleccionar y disminuir los alumnos que pasaron de un nivel del sistema a otro, para justificar la disminución de la planta docente y reducir la formación de los educadores haciéndolos responsables de los resultados obtenidos (Puiggrós, 2006). Con todo, las reformas implementadas han tenido consecuencias regresivas para la consolidación de un sistema educativo competente y nos ayudan a entender un poco más el porqué de la crítica situación escolar de nuestros tiempos.
Esta crisis se refleja particularmente en el nivel educativo del secundario por las características propias que éste asume históricamente en el imaginario colectivo: la escuela secundaria es el nivel de enseñanza en el que más arraigada se encuentra en el imaginario social la posibilidad de encontrar, una vez finalizada, un empleo digno y emprender así el ascenso social (Bauman, 2013). En este sentido, Bauman señala que esto se ha quebrado como resultado de este contexto al que llama Modernidad liquida 1 , entendidos como una figura del cambio y de transitoriedad, de la desregulación a la liberalización de los mercados (Bauman, 2003). Así, en estas primeras décadas del siglo XXI, las aspiraciones de los jóvenes de superar a sus padres y escalar estratos sociales a través de la educación se han ido diluyendo.
En 2003 comenzó un proceso de reconstrucción del sistema educativo y un cambio de rumbo en la orientación de las políticas públicas del país que mostró un claro aumento de la inversión en dicho campo.Años después, en 2006, se sancionó la Ley 26.206 de Educación Nacional 2que derogaba la antigua Ley Federal de Educación creada bajo el neoliberalismo y marcó un hito en la historia de la educación argentina al recuperar en su artículo 2 a la educación y el conocimiento como un bien público y un derecho personal y social garantizado por el Estado, y al decretar en su artículo 3 que la educación es una prioridad nacional (Lando, 2021).
Si bien este cambio fue notorio respecto de lo vivido en los 90, las voces de los docentes y exalumnos que analizaremos a continuación denotarán cierto desgaste en el imaginario asociado a la enseñanza secundaria a lo largo de estas décadas, que lejos de mejorar, pareciera encontrarse en retroceder, sobre todo en el contexto de la pandemia y postpandemia.
MIRADA DOCENTE
Los docentes ocupan un lugar fundamental dentro de cualquier análisis que intente realizar sobre la situación de la escuela secundaria ya que son el nexo entre los jóvenes y los conocimientos y valores que la institución intenta transmitir e inculcar. En mayor o menor medida, los docentes entrevistados son conscientes del deterioro educativo actual, pero no todos asocian su origen a las consecuencias del contexto neoliberal descripto anteriormente como factor determinante en el recorrido posterior de la educación secundaria argentina. Así lo cuenta Nicolás:
“Y mira, la Reforma de los 90 hizo un lío tremendo. Cambiaron los planes de estudio, cerraron un montón de escuelas por falta de presupuesto, eso seguramente influyó. Los gobiernos de Menem en los 90 y el caos del 2000 afectaron a todo el mundo, y la escuela no salió aereosa de eso. Mucha gente paso hambre y creo que ahí la escuela fue tomando más lugar de “receptor” de dificultades familiares que de institución de formación académica”, 3
Con menos precisión, pero dando cuenta de un cambio notorio en la estructura de la educación secundaria que dificultó la permanencia de las funciones tradicionales de la escuela, Francisco nos cuenta:
“Cuando fui alumno existió el polimodal, pero mis viejos no tuvieron ese sistema y los pibes actuales tienen algo muy diferente a lo que mis viejos o yo tuvimos como sistema educativo. Creo que eso afecta obviamente (…) No solamente el sistema es otro, sino que el rol docente se dibujo y la importancia de la escuela probablemente es nula” 4
Hoy en día, muchos de ellos convergen en la misma mirada: encuentran a los jóvenes desmotivados, desganados y faltos de predisposición para adentrarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje que proponen la escuela, sea la materia que sea. Muchos de ellos coinciden también con la abrupta distancia entre las propuestas que proponen, más allá de la mayor o menor creatividad impuesta en las mismas, y los intereses o motivaciones de los estudiantes. Sus intereses parecieran ser otros, así nos lo cuenta Nicolás:
“Desde hace muchos años intentamos afrontar cada día sabiendo que nadie te acompaña, ni el gobierno, ni los padres que te cuestionan todo, ni los pibes que más allá de que algunos te quieren, su realidad está totalmente alejada de la escuela. Los jueguitos , las salidas, las redes sociales, son muchísimo más valiosos que los aprendizajes escolares”. 5
Esta distancia creciente repercute también en rol cada vez más desdibujado que tienen los docentes frente a los jóvenes. Para estos últimos, los docentes no son más que meros reproductores de un contenido que ya para ellos no vale nada y al cual pueden acceder instantáneamente con un clic en sus dispositivos móviles, acción que les lleva un par de segundos mientras que la formación de un docente lleva, como mínimo, cuatro años. ¿Para qué me lo explicas si ya lo tengo en el celular?, es una pregunta cada vez más frecuente que desafía las intenciones y propuestas de enseñanza de los docentes.
Esta pérdida de legitimidad que enfrentan los docentes sabiéndose en un rol completamente desdibujado, sumando también el escaso salario que reciben, conduce al desgano que muchas veces se contagia de lo que viven los jóvenes. Esto puede repercutir directamente en sus propuestas didácticas, haciendo desaparecer la creatividad que requiere la tarea de enseñanza. Esto último es más notorio en el testimonio de Francisco:
Este deterioro educativo rastreable desde la década de los noventa del siglo pasado tiene un feroz agravante con la pandemia vivida hace unos años. La pérdida de hábitos, ritmos de estudio, formas de sociabilidad, son algunas de las muestras que se ven dentro de este escenario, pero no son las únicas. Todo lo mencionado anteriormente en el trabajo se vio gravemente agravado por la pandemia que no hizo más que reforzar las carencias de un sistema que parecería representar otra época.En líneas generales, la escuela no supo se adaptó a una nueva realidad que desafió su estructura más antigua y tradicional, imponiendo una nueva realidad “virtual” a la que muchos no pueden acceder, y los que si pueden, como es el caso analizado en el presente trabajo, se vieron favorecidos por un sistema que surgió no estar preparado para afrontar dicha situación.
“La pandemia nos mató – nos cuenta Francisco – (…) había que hacer malabares para que se conectaran la mayor cantidad de alumnos; idear propuestas cada semana, conectar a mil zooms, lidiar con las cámaras apagadas, hablarle a la nada misma, contestar mails y preguntas a cualquier hora, corregir desde la pantalla (…) trabajos copiados, tener que aprobar a todos valorando el esfuerzo de “haberse conectado”, entre otras mil cosas que nos afectaron terriblemente”. 7
Por otro lado, estas consecuencias se ven muy presentes estos días, donde la pandemia ya parecería haber finalizado pero sus resabios siguen haciendo estragos en la realidad educativa favoreciendo a que este imaginario adolescente siga fortaleciéndose cada vez más. Un ejemplo de ello tiene que ver con el régimen de calificaciones y promoción anual. Las numéricas cuantitativas dieron paso a las conceptuales o cualitativas (R, B, MB, E, TEA, TEP, TED, etc.); las antiguas “mesas de examen” se transformaron en “clases de intensificación” para cumplir con los contenidos que durante el año no se cumplieron;y la posibilidad de materias pendientes de aprobación para pasar al siguiente año sospecha con dificultad haciendo cada vez más difícil la pérdida de un año escolar, lo que suele llamarse “repitencia”. Esta combinación dio lugar a que, como observaremos en el siguiente apartado, dentro del imaginario colectivo opere esta idea de “simplificación al máximo” o flexibilización de los parámetros “comunes” de aprobación y promoción en los adolescentes, relajándose durante el ciclo lectivo sin el temor de “perder” el año o “repetir”, lo que a su vez se traduce en el aumento del desinterés, desatención y compromiso con su aprendizaje.Esta situación de conformismo no hace más que posponer otra realidad: la frustración con la que muchos se encuentran a la hora de avanzar con sus estudios en cercanía terciarios o universitarios. Así lo afirma Nicolás: dentro del imaginario colectivo opere esta idea de “simplificación al máximo” o flexibilización de los parámetros “comunes” de aprobación y promoción en los adolescentes, relajándose durante el ciclo lectivo sin el temor de “perder” el año o “ repetir”, lo que a su vez se traduce en el aumento del desinterés, desatención y compromiso con su aprendizaje. Esta situación de conformismo no hace más que posponer otra realidad: la frustración con la que muchos se encuentran a la hora de avanzar con sus estudios en cercanía terciarios o universitarios. Así lo afirma Nicolás:dentro del imaginario colectivo opere esta idea de “simplificación al máximo” o flexibilización de los parámetros “comunes” de aprobación y promoción en los adolescentes, relajándose durante el ciclo lectivo sin el temor de “perder” el año o “repetir”, lo que a su vez se traduce en el aumento del desinterés, desatención y compromiso con su aprendizaje. Esta situación de conformismo no hace más que posponer otra realidad: la frustración con la que muchos se encuentran a la hora de avanzar con sus estudios en cercanía terciarios o universitarios. Así lo afirma Nicolás: la frustración con la que muchos se encuentran a la hora de avanzar con sus estudios en alcance terciarios o universitarios. Así lo afirma Nicolás:la frustración con la que muchos se encuentran a la hora de avanzar con sus estudios en alcance terciarios o universitarios. Así lo afirma Nicolás:
“No digo que no haya que tener en cuenta la complejidad de 2 años duros. Pero para todos lo fueron. Hacer de cuenta que no pasa nada, cerrar los ojos y aprobar a todos, sin duda eso es pan para hoy, hambre para mañana . Estos chicos se van a encontrar, si es que se inscriben, con un nivel universitario despiadado que los va a sentir muy mal. Es triste, pero es real. La pandemia no hizo más que aclarar un mundo que ya se venía desmoronando… ” 8
IMAGINARIO JUVENIL ADOLESCENTE
A partir de un conjunto de entrevistas realizadas a exalumnos de la comunidad (Santiago, Federico y Maite) se observa un imaginario adolescente en el que la escuela secundaria pareciera carecer ya de sentido alguno. Esto se debe a una serie de factores que intentaremos analizar en los siguientes párrafos y que nos permitirán entender más profundamente este imaginario. A su vez, y como mencionamos en el aparato anterior, los testimonios presentados serán convergentes con las experiencias de Nicolás y Francisco, complementando su mirada docente con los relatos de los ex estudiantes.
Uno de los primeros factores que se observa en este fenómeno es la lejanía que mantiene hoy en día los intereses adolescentes con los planteados por la escuela secundaria.Muchas veces los contenidos escolares son vistos como insignificantes, carentes de sentido y obsoletos respecto de las motivaciones y gustos que los jóvenes manifiestan, aun cuando muchos recursos docentes intentan tener en cuenta diversas tecnologías en sus propuestas y estrategias didácticas. De esta manera, observamos testimonios como los de Santiago, que habiendo terminado hace pocos años la escuela no puede recordar con claridad ningún contenido significativo:
“No, nada. Solía ser todo bastante aburrido. Alguna cosa de historia quizás, pero ahora mismo no se me ocurre nada. Creo que lo que se ve en la escuela ya no coincide con las necesidades de los estudiantes. (.. .) Quizás los que van a colegios industriales, donde les enseñan cosas de electricidad y eso, capaz les sirve más para el día a día. Pero la gran mayoría de los colegios enseñan cosas que a nadie le sirven…” 9
O Federico, que, si bien recuerda algo de su escolaridad reciente, manifiesta no haber encontrado mayor motivación en otros materiales o contenidos:
“Me acuerdo pocas cosas. Una de las materias, periodismo, me gustó bastante. Me acuerdo que en ese momento quería ser periodista. (…) El resto de las materias prácticamente las borre de mi mente. La realidad es que después de terminar, pocas cosas sirven para lo que uno se encuentra en la vida adulta…” 10
Otro de los factores fundamentales que contribuyen a alimentar este imaginario juvenil es la flexibilidad que, año tras año, demuestra tener el sistema educativo en cuanto a los parámetros de aprobación y promoción anual. Esto último se profundizó, sobre todo, tras la Pandemia del Covid-19 de los años 2020 y 2021, resquebrajando una institución tradicional que ya estaba en jaque desde hace tiempo y demostrando la necesidad de transformación y adaptación a las nuevas realidades. Testimonios como los de Maite demuestran esta realidad:
“Mis papás decían que en su época desaprobar una materia era terrible, pero hoy por hoy sos el “nerd” de la clase si no te llevas nada… la verdad es que cuando tocaba rendir, no era la gran cosa. Yo me he llevado 7 materias a febrero y rindiendo una por día aprobé todo (…) Mis últimos dos años fueron en Pandemia, así que imagínate: trabajos prácticos mensuales y desde casa, era muy difícil desaprobar realmente. era dificil pensar en el ritmo de antes…” 11
Los factores mencionados anteriormente se combinaron con ciertos discursos actuales que promueven la prosperidad económica en el exterior del país, en donde todo parecería funcionar mucho mejor que en Argentina y, a priori, no sería necesario contar con estudios profesionales para disfrutar de estos beneficios. Así, muchos jóvenes consumen este tipo de discursos de que aquel futuro ideal los esperan y profundizan la distancia con las propuestas educativas nacionales. Nuevamente el testimonio de Santiago nos muestra la presencia de dichos asuntos en el imaginario adolescente:
Y también de Federico, que, sin haber tenido una experiencia personal en el exterior, demuestra estar rodeado por amistades que si lo han hecho:
“Mis amigos están repartidos por España y Australia y la verdad que “la juntan en pala”. Compran lo que quieren, viajando por donde quieren, laburan unos meses y se van a recorrer Europa, Asia, etc., acá no podes irte a Mar del Plata sin llorar tres meses por la cantidad de plata que gastaste…” 13
Aquí aparece una idea de que Bauman menciona al referirse a la creciente globalización y la importancia de las nuevas tecnologías para mantenernos en contacto, aunque estemos en diferentes partes del mundo. Todo esto, por un lado, permite la permanencia de ciertos vínculos, pero, por otro, impide “desengancharnos” de los consumos culturales propuestos por el mundo líquido (Bauman, 2013).
Esta combinación de factores que se entrelazan da lugar a un imaginario adolescente que demuestra un profundo alejamiento de las propuestas escolares.La escuela secundaria se enfrenta así a un sumamente desalentador, en donde no alcanza con ser creativo o innovador con las propuestas áulicas ya que, en este caso, el rival tiene más de un rostro y, además, parecería fortalecerse cada vez más con el correr el tiempo.
CONSIDERACIONES FINALES
A lo largo de estas páginas hemos intentado dar cuenta de la difícil situación que atraviesa hoy en día le enseñanza secundaria. Para ello nos remontamos hasta fines del siglo pasado, cuando las reformas educativas aplicaron bajo el neoliberalismo en la década de los 90 comenzaron a transformar la estructura tradicional de la escuela con la mencionada Ley Federal de Educación nro. 24.195 que implicó una profunda transformación de la educación nacional alterando aspectos administrativos, académicos y curriculares. Estas reformas, con el correr del tiempo, fueron transformando los objetivos escolares y con ellos a los sujetos que forman parte de la comunidad educativa: directivos, docentes,estudiantes y familias se vieron involucrados en un proceso de transformación profunda que no solo alteró su escenario sino también sus intereses y motivaciones. Si bien la Ley de Educación Nacional sancionada en 2006 manifestó un cambio de rumbo en la educación argentina, los testimonios presentados de docentes y exalumnos muestran que esto es difícil de revertir.
Todo esto en medio de un contexto descripto por Bauman como líquido, caracterizado por su esencia de cambio constante, felicidad efímera, insatisfacción permanente e imposibilidad de generar proyectos duraderos o compromisos estables (Bauman, 2003).En este escenario – donde la globalización, la sobreinformación, las nuevas tecnologías, las redes sociales y los nuevos consumos culturales juegan un rol preponderante – los jóvenes actuales ya no conciben a la enseñanza secundaria como un vehículo de movilidad social para crecer y superarse, como en otro tiempo lo era (Bauman, 2013), sino, como describieron los testimonios de Santiago, Federico y Maite en donde no existe tal proyección y los caminos conducen hacia otras direcciones alejadas de las propuestas escolares.
Este imaginario fue moldeado a lo largo de estas décadas por los factores descriptos a lo largo del presente trabajo y agravado por la pandemia del Covid-19 que, si bien golpeó al mundo entero ya todos los contextos de la vida cotidiana, desafió a la escuela como institución centenaria y tradicional y la obligó a reinventarse y adaptarse a la nueva realidad, para la cual no estaba preparado para afrontar. Esto expuso aún más sus carencias y agravó un imaginario en el que la enseñanza secundaria se fue deteriorando lentamente.
Varios son los relatos que permiten reconstruir parte de esta realidad: las voces de docentes y exalumnos dieron cuenta de ello en este trabajo, y si bien sabemos que constituyen un ínfimo porcentaje de su totalidad, somos conscientes de que representan una problemática que la comunidad está atravesando hace tiempo y que, desde mi lugar como docente partícipe de esta situación, intente dar lugar en estas páginas con la esperanza de que no se pierdan en el tiempo y sirvan para tomar conciencia de la gravedad de la situación.
El autor Kantor (2015) habla de “tiempos de fragua”, es decir, tiempos en donde los docentes tenemos la posibilidad y responsabilidad de forjar en nuestras aulas, no solamente sujetos académicos conocedores de determina disciplina, sino sujetos críticos con herramientas útiles para observar más empáticamente el mundo que los rodea y salir de ese individualismo y competencia que el mundo globalizado y consumista ofrece. No podemos – ni debemos – perder de vista esa enorme responsabilidad. “Mantener viva la llama”, como establece Lorenz (2019), es parte de ese constante desafío de dar sentido a lo que hacemos, y solo así, a mi entender, podremos transformar ese imaginario adolescente que tanta frustración genera en nuestra vocación docente.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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• BAUMAN, Zygmunt, Sobre la educación en un mundo líquido: conversaciones con Ricardo Mazzeo, Buenos Aires, Paidós, 2013.
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• LORENZ, Federico , Elogio de la docencia: como mantener viva la llama, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Paidós, 2019.
• MEIRIEU, Pablo, “Recuperar la pedagogía, de lugares comunes a conceptos claves”, Buenos Aires, Paidós, 2016.
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• PUNTA, Teresa, Mundo escuela: didáctica de equidad e inclusión, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Paidós, 2018 • PUIGGRÓS
, Adriana, Qué paso en la educación argentina. Desde la conquista hasta el menemismo, Kapelusz, Buenos Aires, 1996.
• SENNET, Richard, La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo, Barcelona, Anagrama., 2000.
• TOBEÑA, Verónica., La escuela en el mundo contemporáneo. Notas sobre el cambio cultural. En Tiramonti, G. (Dir.) Variaciones sobre la forma escolar. Límites y posibilidades de la escuela media, Rosario, Homo Sapiens, 2011.
- La Modernidad Líquida es una categoría sociológica que se utiliza para definir el estado actual de nuestra sociedad. Bauman la define como una figura de cambio constante, atada a factores educativos, culturales y económicos.La metáfora de la liquidez intenta demostrar la inconsistencia de las relaciones humanas en diferentes entornos, como en lo afectivo y en lo laboral. Ver: Bauman, Zygmunt, Modernidad líquida, Fondo de Cultura Económica, México, 2003. ↩
- La Ley de Educación Nacional N° 26.206 fue aprobada por el Congreso de la Nación el 14 de diciembre de 2006, constituyendo un paso fundamental en el proceso de recuperación de la educación para la construcción de una sociedad más justa. Sus contenidos están orientados a resolver los problemas de fragmentación y desigualdad que surgen al Sistema Educativo. Ver: https://www.argentina.gob.ar/educacion/validez-titulos/glosario/ley26206 . ↩
- Nicolás (Docente de Ciencias Sociales). Entrevista realizada el 8 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Francisco (Docente de Matemáticas). Entrevista realizada el 7 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Nicolás (Docente de Ciencias Sociales). Entrevista realizada el 8 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Francisco (Docente de Matemáticas). Entrevista realizada el 7 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Francisco (Docente de Matemáticas). Entrevista realizada el 7 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Nicolás (Docente de Ciencias Sociales). Entrevista realizada el 8 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Santiago (Exalumno de San Isidro). Entrevista realizada el 9 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Federico (Exalumno de San Fernando). Entrevista realizada el 8 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Maite (Exalumna de San Isidro). Entrevista realizada el 15 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Santiago (Exalumno de San Isidro). Entrevista realizada el 9 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩
- Federico (Exalumno de San Fernando). Entrevista realizada el 8 de junio de 2022. Buenos Aires. ↩